Historia de Pucón

Un 27 de febrero de 1883, una partida del ejército que ocupó la Araucanía y que estaba acantonado en Villarrica avanzó hasta Pucón. Instaló un cuartel al costado oriente de la actual plaza, lugar que fue despejado como campo de ejercicios. su objetivo estratégico era controlar el paso cordillerano y ejercer soberanía en el área.

Ese asentamiento militar fue el origen de Pucón. Pronto llegaron comerciantes de cuero y madera alemanes como Hike, Martín y Holzapfel. Hacia 1889 lo hicieron Ansorena, Quezada y Matus.

En 1904, el gobierno chileno entregó en concesión el territorio al norte del lago Villarrica y su prolongación al norte del río Toltén a una sociedad de empresarios de Santiago. Esta trajo a unas 20 familias alemanas de inmigrantes, las que se instalaron en el área de Llafenco, al norte del río Trancura.

La población mapuche fue sometida al régimen de «reducción» y concentrada río arriba en Quelhue, Palguín Bajo y Curarrehue.

La principal actividad de Pucón fue el comercio de madera y ganado, el que se embarcaba por el puerto, en La Poza. Allí estuvieron las canchas para las rumas de madera, las bodegas y desde 1923, el primer hotel, el Gudenschwager.
El gran impulso turístico vino en 1934, con la inauguración del Gran Hotel Pucón, un lujoso complejo con parque y cancha de golf. Los pasajeros llegaban por tren a Villarrica, cruzaban el lago en barco y desembarcaban en el muelle construido frente al hotel.

En 1940 se construyó el camino costero entre Villarrica y Pucón. Nacieron otros pequeños hoteles y residenciales, algunos regenteados por familias alemanas, que fueron frecuentadas por los artistas del recién formado Teatro Experimental y Ballet Nacional de Chile.

Los pescadores frecuentaron el lugar desde 1930 y Pucón fue el centro de la pesca deportiva de Chile. En 1945 se abrió el Hotel Antumalal, el cual atrajo a pescadores extranjeros. Artistas e intelectuales le dieron un sello exclusivo al balneario.

Entre 1967 y 1969 se pavimentó el camino entre Freire y Villarrica y la ruta costera a Pucón. En la década del 70 se abrieron las rutas de penetración hacia el lago Caburgua, Huife, Curarrehue, Puesco y Lican Ray. Este fue el inicio del turismo masivo, que desencadenó el auge actual.
Hoy existen nuevos hoteles, campings, condominios, restaurantes, cafés, salas de baile, casino, tours organizados y un centro de esquí en el volcán.

Pucon

Pucón la capital del turismo aventura en Chile

Debido a su entorno natural privilegiado, cercano a volcanes, lagos, parques nacionales y termas, es un destino que permite realizar turismo todo el año.

Pucón es una comuna de la Provincia de Cautín, perteneciente a la Región de Araucanía, se encuentra a 100 km al sudeste de Temuco, y a 780 km al sur de Santiago.

Es el único lugar turístico en Chile que permite recorrer un volcán activo, parques nacionales, termas, ríos, lagos, gastronomía y cultura, en un radio de 30 kilómetros de distancia del centro de la ciudad. Considerado la capital del deporte aventura, Pucón mezcla la adrenalina y naturaleza, logrando una experiencia única e irrepetible a todos quienes tienen la oportunidad de practicar actividades como:
– Ascenso al volcán Villarrica y su cráter
– Rafting y kayak en ríos
– Mountainbike y trekking en senderos de bosques y cascadas.

En invierno y primavera, se puede practicar esquí y snowboard en las pistas del volcán Villarrica, para terminar en la tarde, en las termas de la zona las cuales se ubican en medio de preciosos bosques nativos.

El volcán Villarrica o Rucapillán en la cosmovisión mapuche

El pueblo mapuche, del cual hasta hoy varias comunidades habitan en las inmediaciones del cono, consideraba al Ruka Pillañ («casa del pillán»), tal como indica el nombre, morada de un pillán (poderosa divinidad con dominio sobre las personas y los fenómenos naturales), espíritu mayor de su panteón ya que, las entrañas y calderas del Villarrica son regidas por un espíritu principal de la naturaleza, un ngen, el cual es tutelar y propietario del volcán. Este tipo de ngen es también conocido como ngen-winkul o espíritu de los volcanes y cerros.
Junto a esta presencia tutelar, en el Villarríca habitaría una corte de pillanes, espíritus menores en relación al ngen, pero sumamente poderosos.

Según los testimonios recogidos por la antropología, el Villarrica y los espíritus que lo habitan ocupan un lugar muy determinado en la cosmovisión mapuche. Su simbolismo es claro: está asociado a lo bueno, en oposición al volcán Llaima, que es considerado el volcán asociado al «mal». Mientras el propicio Rucapillán inspira sueños benéficos y «buen tiempo», el Llaima transmite a los durmientes malos augurios.
El Villarrica se relaciona simbólicamente un grupo de otros elementos afiliados a lo positivo; los colores violeta y verde, la Luna, las estrellas en general (que excluyen al negativo cherufe o aerolito), el Sur y el Oriente.

Leyendas

Los dos volcanes
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo dos volcanes estaban en enfrentamiento, uno se llamaba Rucapillán y el otro Quetrupillán. Ellos pelearon durante mucho tiempo.
El Quetrupillán era fuerte y lanzaba fuego desde su puntiagudo cráter y el Rucapillán se defendía con sus corrientes de aire. El Quetrupillán sentía que iba a ganar esta batalla, pero de pronto el enorme volcán Rucapillán le lanzó sus corrientes de aire y arrasó con la cabeza de Quetrupillán, dejándolo sin cráter y sin su hermoso y puntiagudo cono.
Desde entonces es conocido como el volcán “MOCHO”. Este volcán nunca más ha hecho erupción desde ese día.
Se cuenta que por vergüenza al no tener cabeza. El Rucapillán es ahora el volcán más grande y hermoso de la zona y es conocido como actualmente como volcán “VILLARRICA”.


Cai Cai y Tren tren (En mapucungun: Trengtreng FiluKaykay Filu)

Se cuenta que en tiempos remotos había dos espíritus muy poderosos encarnados en gigantescas serpientes: uno era Cai Cai (espíritu de las aguas), que agitaba el mar y odiaba al ser humano, y el otro, Treg-treg (espíritu de la Tierra), que vivía en la cumbre de un cerro y le tenía afecto al hombre. Un día, Cai Cai decidió destruir a todos los seres vivos, haciendo desbordar las aguas del mar con sus fuertes coletazos.

Treg-treg, que vio desde las alturas cómo se iniciaba el desastre, se compadeció de los hombres y los instó a que huyeran junto con los animales hacia las montañas para poder salvarse. Es por ello que elevó los montes, mientras Cai Cai hacía lo mismo con el nivel del mar.

La mayoría de los animales logró ponerse a salvo. Sin embargo, algunos hombres fueron más lentos, porque no querían dejar sus tierras o deseaban llevarse todas sus pertenencias. Otros, incluso, no creían que ocurriría una inundación.

Pero así fue, y las aguas comenzaron a subir, arrasando con todo. Finalmente, y gracias a Treg-treg, un pequeño grupo de hombres llegó a la cumbre, que, se dice, son los antepasados de los mapuches.

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